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la suspensión de exportaciones de aceite, la intervención a ingenios arroceros, amenaza de subir el precio del pan y la inminente alza de los pasajes del autotransporte, se suma la total falta de seriedad de BoA, la transportadora aérea que monopoliza los vuelos en el país, impone sus tarifas y no cumple con sus horarios.

La impuntualidad pone en evidencia la desorganización, indisciplina y falta de consideración con los usuarios, a los que causa perjuicios. BoA ha vuelto a poner en evidencia “la hora boliviana” sometiendo a sus pasajeros a largas esperas en los aeropuertos del país. Quienes atribuyen este defecto la idiosincrasia boliviana, suelen señalar, “así somos y así seremos”, de manera que hay pocas esperanzas de que se cambie el cliché: “en cinco minutos”.

El pasado jueves, para citar un par de ejemplos, los que debían viajar de La Paz a Cochabamba a las 13:00 lo hicieron a las 19:00; los que esperaron pacientemente en el aeropuerto tarijeño y debían salir a las 19:30 partieron con destino a La Paz a las 23:30; los primeros recibieron un refrigerio, los de Tarija, ni siquiera una disculpa.

La Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) intervino en el caso, conminando a BoA a atender y responder sobre las irregularidades registradas en un plazo máximo de 7 días. El propio viceministro de Defensa al Consumidor, Jorge Silva, anunció que tramitaría la sanción a BoA, aunque sabe que en el país “todo pasa y nada pasa”. El funcionario tenía programado un vuelo para las 18:40, pero la aeronave despegó del aeropuerto de El Alto a las 22:00. Los afectados fueron 8.000 pasajeros y los que reclamaron son 48, quienes seguramente deberán esperar pacientemente un resarcimiento económico.

El reglamento de demoras señala: Cuando la demora sea superior a cuatro (4) horas e inferior a seis (6) horas, deberá proporcionar al pasajero alimentos (desayuno, almuerzo o comida, según la hora). Si la demora es superior a seis (6) horas, además de lo anterior, la aerolínea deberá compensar al pasajero con una suma mínima equivalente al 25% del valor del boleto sobre el trayecto incumplido.

Como si fuera poco, hay una cereza sobre la torta: ocurre que los representantes de agencias de viajes denunciaron esta semana que la estatal Boliviana de Aviación redujo la comisión por el concepto de ventas de pasajes del 6% al 1% por lo que muchas instituciones están en riesgo de cerrar sus puertas. Como ejemplo va éste: por la venta de un pasaje La Paz-Santa Cruz, una agencia recibía antes Bs 50 y actualmente la comisión bajó a Bs 10, de manera que al menos 500 empresas de este rubro están en riesgo de cerrar, por lo que están en emergencia.

BoA comenzó operaciones el 30 de marzo de 2009 sobre la base de los activos del LAB. En 15 años de operaciones su maltrato a los pasajeros ha ido en crecimiento, amén de no ofrecerles ni un vaso de agua en los vuelos nacionales, extraviar maletas y cambiar los horarios a placer bajo cualquier pretexto. Dejar operar a otras aerolíneas sería una buena medida, porque el monopolio puede llevar a situaciones desagradables. Algo más, dejar de mencionar, cuando aterriza la nave es frase: “gracias por su preferencia”, suena a ironía barata.

Ernesto Murillo Estrada es filósofo y periodista.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.