onald Trump en su discurso de investidura presidencial hizo importantes propuestas respecto a América Latina. Su frase anterior ante la prensa de que “no necesitamos a los países de América Latina”, es relativa y debe ser analizada en el contexto de sus políticas interna e internacional. Los países de América Latina son muy importantes para Trump. En realidad, Trump pretende aplicar políticas que tendrán un fuerte impacto poco visto anteriormente en el conjunto de los países de América Latina.
Las políticas de los gobernantes demócratas anteriores hacia los países del sur eran sobre todo de carácter “conservador”, en el sentido de mantener relaciones de “buena vecindad” y de “beneficio mutuo” con cada uno de ellos, sin tratar sin embargo de inmiscuirse en sus políticas internas. Esta fue la política de los demócratas durante los últimos 30 años.
Las propuestas de Trump pretenden, por el contrario, lograr un impacto rápido sólido en las estructuras económicas y sociales internas de los países mencionados, lo que se explica en los siguientes párrafos:
Primeramente, la invitación a algunos presidentes y líderes de los países latinoamericanos Javier Milei de Argentina, Santiago Peña de Paraguay, Daniel Noboa de Ecuador, Edmundo Gonzales Urrutia de Venezuela y otros constituye una señal política a los diferentes países de la región y a los diferentes sectores sociales y políticos.
En segundo lugar, la declaratoria de “Emergencia Nacional” consistente en el cierre de la frontera sur de Estados Unidos al flujo gigantesco de miles de migrantes tanto de México como de otros países de América Latina, tendrá un fuerte impacto en muchos países.
Entre estos se encuentran los que construyen desde hace algunas décadas el llamado Socialismo del Siglo XXI. Los gobiernos de estos países son los primeros beneficiados económicamente con las remesas que envían los miles de migrantes que trabajan en el país del norte. Los migrantes de México, de Cuba, de Venezuela, de Nicaragua, de Bolivia, de Brasil, países por excelencia expulsores de población considerada excedentaria, trabajan en los Estados Unidos y envían mensualmente parte de sus ingresos o remesas a sus familiares en sus países respectivos. Este es el otro interés de los migrantes. Otros países no mencionados en este análisis también expulsan poblaciones pobres debido al pésimo funcionamiento de sus economías, aunque no en la magnitud como lo hacen los países llamados socialistas.
Las remesas mencionadas contribuyen también a dinamizar la economía interna de los países del Socialismo del Siglo XXI y a fortalecer el poder político de sus gobiernos. Los gobernantes de estos países se definen como socialistas por impedir las inversiones de los empresarios locales, llamados los “capitalistas”, lo que impide la creación de empleos y salarios formales para sus trabajadores y sus familias. Los gobernantes, crean sin embargo anualmente decenas de empresas estatales que resultan sin embargo deficitarias, poco productivas, y no crean empleos ni buenos salarios para sus trabajadores.
En tercer lugar, otra propuesta importante de Trump es la declaratoria de “terroristas” contra los Estados Unidos a los poderosos cárteles de las drogas asentados principalmente en los países del Socialismo del Siglo XXI de América Latina. En estos países se producen localmente y trafican internacionalmente las drogas que serán vendidas ilegalmente en Estados Unidos. México es sobre todo un país de paso controlado por los grandes narcotraficantes que dominan el tráfico internacional. Se considera que la economía y la política mexicanas se encuentran ampliamente infiltradas por los grandes carteles mexicanos que controlan el tráfico de drogas. Esto significa que los Estados Unidos no descartan la posibilidad de intervenir militarmente en los diferentes países productores y comercializadores de las drogas.
En cuarto lugar, Trump propone aumentar los aranceles de importación de bienes producidos en diferentes países del mundo pero consumidos por la población de los Estados Unidos. Muchos o la mayoría de estos bienes ingresan a los Estados Unidos por el territorio mexicano o canadiense con aranceles bajos gracias al Acuerdo de Libre Comercio (ALCAM) entre los tres países. Debido a los aranceles bajos que benefician la comercialización de los bienes ofertados por los países extranjeros, sus precios resultan baratos para los consumidores estadounidenses, pero los precios de los bienes estadounidenses producidos internamente resultan caros para los consumidores estadounidenses. La relación comparativa entre estos productores va contra la competitividad de la producción estadounidense.
Por otra parte, los costos de producción —el costo de la mano de obra— de la China son entre 100 a 500 por ciento o más menores a los costos de producción de los Estados Unidos y de otros países industriales de Europa. La relación diferencial de costos hace que los precios de los bienes producidos en la China -o en otros países de los llamados del Tercer Mundo por empresas chinas- sean sumamente bajos, así como los precios de oferta a los consumidores estadounidenses.
Como consecuencia, miles de puestos de trabajo en los Estados Unidos se cerraron por esta competencia desleal. Los mandatarios de México, de Canadá y de otros países reclaman por la decisión de Trump de elevar los aranceles de importación a los bienes producidos en sus territorios por la China, la India y otros. Esta decisión causará obviamente la pérdida de las inversiones -chinas principalmente- realizadas en sus territorios.
La elevación de los aranceles de importación a los productos extranjeros y las restricciones a las migraciones extranjeras tendrán a corto y medio plazos importantes impactos en las inversiones productivas de los Estados Unidos y la creación de empleos y salarios al interior del territorio de los Estados Unidos. Una de las consecuencias importantes de estas decisiones será la elevación de la competitividad en precios y en calidad de la producción estadounidense tanto al interior del territorio como en el exterior.
El gobierno de Panamá expresó igualmente su desacuerdo por las insinuaciones del Presidente Trump de “recuperar” el Canal. Trump considera desleal a Panamá porque países como China pagan muy poco por los derechos de tránsito de sus mercaderías, mientras que los Estados Unidos, que lo construyó, debe pagar cientos de veces más, con grave perjuicio para la competitividad internacional de sus productos.
La restricción a las migraciones constituye una medida grave para los países de América Latina y de otros continentes que construyen el llamado Socialismo del Siglo XXI y sus amigos internacionales. Esta medida puede provocar graves problemas al interior de sus países. Al no recibir bruscamente las remesas de los migrantes desde los Estados Unidos, las oligarquías de Estado de estos países se enfrentan a la disminución de sus propios ingresos, así como a la disminución de los ingresos de diferentes sectores sociales de la población.
Asimismo, el inminente retorno al país de cientos y miles de migrantes a los países latinoamericanos cuyos gobernantes no hacen nada para mejorar el empleo en sus economías, puede provocar graves problemas sociales y políticos para el poder político de las oligarquías de Estado.
Por lo que se vio, América Latina sí es muy importante para Donald Trump.
Bernardo Corro Barrientos es economista y antropólogo.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.