
omentarios en las calles consideran que existen dudas de que puedan realizarse las elecciones generales el próximo agosto. Incluso podrían anularse o postergarse, o simplemente Luis Arce se proclama ganador, como en Venezuela.
Los dirigentes de los partidos políticos democráticos reconocen la fuerza del MAS-IPSP, partido que aunque dividido desde hace algún tiempo es fuerte en sus dos facciones. La facción dirigida por el actual presidente Luis Arce cuenta con los recursos y las instituciones nacionales e internacionales dirigidas y controladas desde arriba. La facción encabezada por el expresidente Evo Morales también es fuerte socialmente, implantada en todas las provincias y cuenta con los recursos financieros que le proporciona el narcotráfico nacional y transnacional.
Ante esta realidad política y social y ante la proximidad de las elecciones generales, los partidos políticos democráticos, en número de 5 o 6, conformaron un Bloque de Unidad y analizan las perspectivas futuras. El Bloque les permitiría enfrentar los requerimientos institucionales y las presiones políticas de las elecciones generales de agosto próximo. Los partidos democráticos reflexionan sobre la necesidad de encontrar un candidato de consenso capaz de enfrentar a los candidatos del MAS en el poder o de fuera del poder.
Lo decepcionante es que ahora existen 17 partidos políticos registrados en el Tribunal electoral Plurinacional, lo que significa la inminencia de una fragmentación del voto en las próximas elecciones. La pretensión de más de 12 de estos, sin embargo, no es conquistar la presidencia sino simplemente, más modestamente, lograr algunos escaños en la Asamblea Legislativa. Los escaños apuntan a convertirse en palancas milagrosas para conseguir diversos beneficios económicos personales en otros sectores y a lo largo del próximo período presidencial.
Por el lado del masismo, las facciones, tanto la gobernante con el presidente Luis Arce, como la del expresidente Evo Morales, continúan la lucha encarnizada por conquistar la candidatura. La proximidad del acto electoral no hace más que exacerbar la guerra entre las facciones.
Existen en esta lucha grandes condicionantes internas y externas. En cuanto a las internas, el cocalero ya perdió legalmente la posibilidad de la candidatura, pero insiste obstinadamente con el objeto de esquivar sus problemas personales con la justicia. En su lucha utiliza el poder del dinero que le proporcionan los recursos del narcotráfico.
Evo Morales considera que dos factores pueden contribuir a superar sus problemas con la justicia. Uno es el apoyo de amplios sectores sociales en las provincias, en el campo y en las ciudades. Este apoyo puede ser decisivo en la justa electoral, siempre que logre la habilitación. Otro factor es el internacional. Evo no cuenta hasta el presente con el apoyo de los grandes países que constituyen el socialismo del siglo XXI. Hace algunos años hubo intentos de importantes sectores internacionales del socialismo del siglo XXI para acercar a ambos líderes, pero fracasaron. Evo desea lograr su reconocimiento. Algunos pueden pensar que no es el narcotráfico lo que aleja a los del socialismo del siglo XXI de Evo Morales.
En cuanto a Luis Arce, gracias al poder presidencial en sus manos, logró allanar el camino a la precandidatura del partido para un futuro próximo. Sin embargo, su candidatura se enfrenta a un fuerte deslizamiento en las preferencias de la población debido a dos problemas que no logra superar. Por una parte, la pésima situación económica del país debido al mal manejo presidencial de las riendas económicas. Debido a este problema, los medios nacionales y extranjeros reportan que no contaría en este momento, ni para las próximas elecciones, con la simpatía mayoritaria de los electores. Se estaría, en este momento, ante un panorama electoral similar al de Nicolás Maduro en vísperas de las elecciones.
Luis Arce cuenta, sin embargo, con otro tipo de apoyo. El respaldo de carácter internacional dado por los países que conforman el socialismo del siglo XXI como Rusia, China, Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros.
En junio de 2024 Luis Arce tuvo un encuentro con Vladimir Putin en el Foro Internacional de San Petersburgo, consecutivo a otros encuentros. En esta ocasión ambas autoridades firmaron un acuerdo de cooperación bilateral de largo plazo por el que Rusia se compromete a prestar apoyo multidimensional a Bolivia en proyectos de inversión en salud, energía nuclear, tecnología y en la explotación del litio. Luis Arce, por su parte, expuso a Vladimir Putin su “Modelo de Desarrollo Económico Social Comunitario y Productivo”, por lo que el segundo consideró que Bolivia constituía un país amigo y verdadero aliado a la economía rusa. Estas conversaciones tuvieron el objetivo de elevar a un nivel superior las relaciones entre los dos países, por lo que se considera que se trata de una alianza similar a la existente entre Rusia y Venezuela.
Gracias a esta alianza Nicolás Maduro pudo mantenerse en el poder, pese a perder las elecciones de 2024. La fuerte y amplia resistencia de la población mayoritaria y los reclamos internacionales no le causaron ninguna preocupación gracias a los apoyos con que cuenta en la esfera internacional.
Lo que sí es preocupante para Luis Arce es el poder político y la todavía amplia implantación en el país del dirigente cocalero. Evo Morales que aún cuenta con apoyos en los sectores sociales y en las provincias utiliza la mala situación económica del país para exacerbar sus críticas contra Luis Arce al que acusa de incapaz como gobernante y de seguir los pasos de los neoliberales. Las palabras del cocalero son escuchadas por amplios sectores populares del campo y de las ciudades.
Las críticas y amenazas diarias del dirigente cocalero constituyen un peligro para las aspiraciones presidenciales de Luis Arce, ya que contribuyen a debilitar su disminuido caudal electoral. En este contexto turbio y dañino se muestra difícil y cuesta arriba recuperar el apoyo de los sectores sociales y de las regiones en vista de las elecciones generales.
Las nubes existentes sobre el panorama electoral de agosto corren el riego de convertirse en nubarrones y tormentas que causen malos pensamientos en Luis Arce. El presidente podría pensar que sería mejor declararse vencedor de las elecciones. Para esto cuenta con el control de todas las herramientas técnicas e institucionales del proceso electoral. Por otra parte, no tiene al frente una resistencia democrática similar a la de Venezuela.
Bernardo Corro Barrientos es economista y antropólogo.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.