
asaron las fiestas de fin de año, y el inicio de 2025 nos deja esa sensación conocida mezcla de incertidumbre, desgaste y rutina. Ya han sido posesionados los tribunos, sin novedad en el frente. Se aprobó el presupuesto 2025, como sabíamos que lo harían, de manera trucha. La Policía prepara su reingreso al Chapare, y el ruido de las promesas vacías inunda las calles.
A nivel global, hubo un atentado en Nueva Orleans, bombardeos y muertes en la Franja de Gaza, y los próximos días traerán las asunciones oficiales de Maduro y Trump. Es fácil sentirse por momentos paralizado, como si el peso de los problemas del país y el mundo hiciera imposible avanzar.
Y, sin embargo, la vida sigue. Hay que pagar las cuentas, comprar el SOAT, enfrentar las filas para inscribir a los niños en la escuela y buscar los útiles escolares más baratos. Aprovechar las rebajas para pagar impuestos y aprovisionarse para cualquier imprevisto. Yo, por ejemplo, he acumulado una media docena de paquetes de café, como si fuera mi escudo frente a lo que venga.
Toca revisar claves, decidir sobre las suscripciones, y monitorear WhatsApp: tráfico, gasolina, y, por supuesto, las fluctuaciones del euro y el dólar. Las noticias no cambian, los periódicos insisten en las mismas historias, y la televisión, a veces relegada a hacer ruido de fondo, sigue con sus crónicas rojas o errores garrafales en los titulares.
La vida sigue, y debemos encargarnos de nuestras obligaciones y responsabilidades, sin importar si es un año impar, el año de la serpiente de madera o si somos capricornianos o acuarianos.
Hay que ganarse el pan diario. Cruzar los dedos para encontrar tiempo para hacer deporte semanalmente y cuidarse en la comida.
Si hay elecciones o si detienen al acusado de trata y tráfico, es probable que nuestra vida no cambie de manera significativa. Si Musk, como era previsible, no dura ni un trimestre acompañando al llamado "Evo del norte", tampoco afectará mucho. Lo que no podemos olvidar es la visita semanal al banco para recuperar –a billete por semana– esos dólares que, por descuido, no retiramos a tiempo.
Como bien dice la frase: "La vida es como andar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir moviéndote." Bienvenido 2025.
Dino Palacios es ciudadano.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.