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os dos candidatos están dedicados a promocionar sus propuestas y merecer el favor del voto en la segunda vuelta. Para que sus discursos y respuestas en entrevistas y debates no parezcan realidad imprecisa mezclada con fantasía, es indispensable que expliquen de manera específica y honrada, el contenido de sus programas, así como el plazo de inicio, y los métodos que aplicarán para alcanzar los objetivos, en un país esperanzado. En primer término, ¿qué harán de inmediato si llegan a ser gobernantes? Es necesario dar cuenta y razón al ciudadano, informarle el alcance de los cambios, en el estallido de las reformas.

Es tan visible el problema que enfrenta Bolivia, que a los postulantes no les queda otra que aceptar la misma versión realista; enfocar sus planes para resolver ―antes de que el país caiga al abismo― los asuntos de extrema urgencia. Considerar un plan de prioridades, la sucesión lógica, técnica y coherente para abarcar: narcotráfico, contrabando, seguridad, tipo de cambio, empleo, inflación; referirse a los efectos de cada decisión que adopten y a las repercusiones, para que la ciudadanía conozca lo que está por venir, y tome conciencia que no todo serán rosas, habrá que soportar las espinas; la crisis es tan avanzada, ya no es tiempo de hipocresías. A ver cuál candidato se anima a decir el costo social de sus medidas, y deja de persistir en sus embustes. Ciudadano, sea consciente, lo que le espera no es el paraíso.

¿En qué consiste el "capitalismo para todos" cuál es su contenido y beneficios?

Los aspirantes del PDC y LIBRE no coinciden en las medidas económicas que decidirán aplicar para superar la debacle. Entonces, ¿cómo harán las cosas? Cada cual tiene previsto conseguir el alivio según el modelo económico-social y el compromiso ideológico que dicen profesar.

Ahora bien, además de esclarecer el contenido, se debe explicar la estrategia, la forma, y tratándose de un Estado de derecho, no puede ser otra que aplicando las normas dictadas por los poderes según sus prerrogativas: el Poder Ejecutivo, con decretos supremos y resoluciones; la Asamblea Legislativa Plurinacional, con leyes; todo ello, para permitir que el mandatario y sus ministros gestionen los planes de la gobernanza.

La pretensión anunciada es modificar la Constitución Política del Estado con un referéndum. Hasta que eso suceda el accionar del gobierno tendrá que ser diferido. Además, ¿en qué consiste eso de promover la inversión extranjera con millones de dólares sobre propiedad privada de millones de personas?

Precisamente el otro aspecto a considerar es el plazo para ejecutar cada cosa; pues no sería nuevo que los gobernantes, una vez juramentados tengan el papel de escrupulosos, formen comisiones y gabinetes multisectoriales, pidan paciencia y posterguen por meses la solución de los conflictos, pretexten que la oposición es culpable de los atrasos. Todos estos detalles tienen que ser explícitamente mencionados en entrevistas y debates; no en vano los candidatos se muestran expertos a la hora de los discursos.

Mario Malpartida es periodista.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.