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l trabajo meticuloso de BOCAP (Asociación Boliviana de Capital Semilla Emprendedor) ha arrojado luz sobre la dinámica de inversiones en el ecosistema de startups bolivianas. Un análisis detallado revela un panorama complejo y prometedor que merece un examen profundo.

En un periodo de cinco años, el ecosistema de startups boliviano experimentó aproximadamente 25 rondas de inversión, con un volumen total cercano a los 15 millones de dólares. Este dato inicial ya evidencia un crecimiento significativo del capital emprendedor en el país.

La composición de estas inversiones muestra una interesante distribución. Siete rondas fueron financiadas exclusivamente por inversionistas nacionales, representando un monto de 3 millones de dólares. Las restantes rondas configuraron un modelo híbrido, combinando capital local e internacional, y alcanzando una inversión de 12 millones de dólares. Si bien no se cuenta con la desagregación precisa de la contribución nacional en estas rondas mixtas, el dato sugiere una creciente apertura y colaboración internacional.

El informe revela otro dato revelador: de las 25 rondas registradas, solamente 16 startups lograron levantar capital. Este detalle es fundamental, ya que implica que algunas startups recibieron inversión en múltiples etapas de su desarrollo, lo que probablemente incrementó su porcentaje de dilución.

La distribución de estas 16 startups por etapas de maduración resulta igualmente significativa: seis se encuentran en etapa pre-semilla, seis en etapa semilla, cuatro en fase de crecimiento y una en expansión. La presencia de startups en fase de crecimiento y expansión permite inferir que al menos algunas han logrado trascender las fronteras nacionales, aproximándose a una madurez correspondiente a una Serie A.

El mapeo de startups realizado por Mapeo Tic Bolivia desde 2019 revela un panorama desafiante para el ecosistema emprendedor del país. Un análisis detallado muestra la fragilidad y alta mortalidad de los emprendimientos tecnológicos bolivianos.

Entre 2019 y 2024, se identificaron 480 startups en el territorio nacional. Sin embargo, la supervivencia ha sido un desafío crítico: 313 de estas iniciativas han desaparecido, dejando únicamente 167 activas en el mercado. Esta radiografía evidencia una tasa de mortandad empresarial cercana al 65%, un indicador que refleja las múltiples barreras que enfrentan los emprendimientos en Bolivia.

El dato más estremecedor es que apenas el 3,33% de estas startups ha logrado acceder a financiamiento, lo que sugiere un ecosistema con enormes dificultades para convertir ideas innovadoras en proyectos sostenibles. La escasez de capital, la limitada red de inversionistas y las complejidades del mercado local parecen conspirar contra la supervivencia de estos emprendimientos.

Esta estadística no es solo un número frío, sino un llamado de atención sobre la necesidad de fortalecer el ecosistema emprendedor. Representa un desafío para instituciones públicas, privadas y académicas que buscan impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico en Bolivia.

Marcelo Camacho Herrera es experto en startups y emprendimiento.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.