
os 327 kilómetros que separan a Asunción de Ciudad del Este, con una triple vía envidiable y bien señalizada, se las debería realizar en cuatro horas y media, pero los buses lo hacen en siete u ocho horas, porque los pasajeros suben y bajan como si estuvieran en el centro de la ciudad.
Acompañado por algunos docentes amigos, el viaje se hizo corto porque el tema educativo es apasionante. Al igual que sucede en nuestro país los principales desafíos paraguayos son la alta deserción escolar (40%) en la educación escolar básica que dura nueve años, la carencia de centros educativos en el área rural y la falta de formación crítica colaborativa, a cuyos parámetros se suma ahora la llegada de las redes sociales.
Si el PIB boliviano y paraguayo es similar (45 mil millones), estas cifras son distantes de los 267 mil millones de Perú o los 646 mil millones de Argentina. La diferencia radica en que Paraguay está a punto de alcanzar los siete millones de habitantes y nuestro cuestionado censo nos dice que somos algo más de 11 millones.
Esa espectacular carretera llamada Ruta PY02 Mariscal José Félix Estigarribia. Podría ser copiada para unir Cochabamba y Santa Cruz, además de La Paz a Cochabamba, pero los gobiernos tienen otro ventanal desde el cual ven nuestro país. Entre Asunción y Ciudad del este se instalaron aproximadamente un centenar de estaciones de carburantes, semejantes al que tenemos en la calle Pando (estación Volcán). Este petróleo viene de Argentina a través del Ríos Paraguay, que en este caso se convierte en otra vía de primera línea. Por supuesto que en estas estaciones no hay filas de vehículos.
Paraguay forma parte del gran proyecto denominado Corredor Bioceánico Vial junto a Argentina, Brasil y Chile, de manera que Bolivia no está en este mapa. Estas obras se iniciaron hace una década y comprende carreteras, puentes y renovación de pasos fronterizos para agilizar el movimiento de mercancías. Esta obra se proyecta concluirla en 2026 y unirá los puertos de Coquimbo y Porto Alegre con 2.290 kilómetros. Probablemente se tomó en cuenta los problemas sociales de Bolivia, capaz de bloquear carreteras y detener los convoyes de mercaderías por tres o cuatro días, cuando no semanas.
Paraguay comparte las ganancias con Brasil por la represa de Itaipú que tiene una potencia de generación de 14 mil megavatios frente a los 614 megavatios de Bolivia, aunque el expresidente Morales decía que Bolivia podría ser el centro energético de Sudamérica.
Sería interesante que entre las propuestas de los candidatos a la presidencia se escuche una propuesta realizable para unir a las principales ciudades del país con vías de tres carriles de ida y venida, para desarrollar las ciudades intermedias y pequeñas localidades.
Para matizar este pesado relato transcribo uno de los cuentos del Gabo sobre las carreteras y dice así: Pocas diligencias son tan difíciles y costosas y requieren tantos trámites y papeleos legales como trasladar un cadáver de un Estado a otro. Alguien me contaba en Colombia que tuvo que sentar a su muerto entre dos vivos, en el asiento posterior de su automóvil, e inclusive le puso en la boca un tabaco encendido en el momento de pasar los controles de carretera, para burlar las incontables barreras del traslado legal. De modo que la familia de México enrolló a la abuela muerta en una alfombra, la amarraron con cuerdas y la pusieron bien atada en la baca del techo del automóvil. En una parada del camino, mientras la familia almorzaba, el automóvil fue robado con el cadáver de la abuelita encima, y nunca más se encontró ningún rastro. La explicación que se daba a la desaparición era que los ladrones tal vez habían enterrado el cadáver en despoblado y habían desmantelado el coche para quitarse, literalmente, el muerto de encima.
Ernesto Murillo Estrada es filósofo y periodista.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.