a Policía se ha visto nuevamente envuelta en graves delitos cometidos por sus integrantes. En uno de los casos más delicados, se decidió dar de baja a la principal autoridad policial de la cárcel potosina de Uyuni, mientras es investigado por el Ministerio Público de Oruro.
El mayor Ruddy G.R.R., ahora exgobernador del penal de Uyuni fue separado de la Policía de forma definitiva por determinación del Tribunal Disciplinario Departamental de Potosí, tras aparecer vinculado en una organización criminal y de corrupción.
El exjefe policial fue aprehendido a raíz de la muerte de Felipe , un reo sentenciado a 30 años por asesinato que seguía robando vehículos. La investigación estableció que Caricampo, con amplio prontuario criminal, salía del penal con autorización de Ruddy G.R.R. y otros policías para delinquir en Oruro.
Caricampo llamaba a Ruddy G.R.R. “compadre” y le transfería montos de dinero producto de la venta de los vehículos robados en la capital orureña y otras regiones, según establecen las primeras indagaciones del Ministerio Público.
“Se ha podido verificar que existían salidas irregulares de este reo, donde se cometían delitos y volvía a la cárcel después de 3 a 4 días de salida”, informó el fiscal departamental de Oruro, Aldo Morales.
El proceso contra el exjefe policial es por los delitos de incumplimiento de deberes, organización criminal y concusión. Dentro del caso hay otros cuatro funcionarios policiales investigados quienes habrían formado parte de la organización delincuencial.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó en sus redes sociales sobre la decisión tomada al interior de la institución del orden junto con la resolución que establece que el ahora expolicía no tendrá derecho a reincorporación.
“No dejaremos que malos efectivos policiales manchen el trabajo honesto de miles de policías que día a día trabajan por su país de forma comprometida y digna (sic)”, añadió la autoridad en una publicación.
Por su parte, el comandante general de la Policía, Augusto Russo, pidió a la población seguir confiando en la institución del orden, ya que los escándalos de la última semana son casos aislados y no involucran a la mayoría de los efectivos.
Torturas, contrabando, robos de dinero y vehículos, favorecimiento a reos y hasta la venta de un arma a un preso del penal de Chonchocoro para que acribille a otro dan cuenta que la Policía se encuentra en un momento de descontrol y de estrecha convivencia con grupos criminales.
