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abián Sturn Jardón, el hombre asesinado por un sicario en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, era uruguayo y estaba siendo buscado por la Policía por otro homicidio ocurrido en Pilar, una localidad a 50 kilómetros de la capital argentina. Con el paso de las horas, se conocieron otras vínculos de la víctima de este crimen que tiene todos los condimentos de ser un ajuste de cuentas.

El abatido y su padre habían sido investigados en 2016 en la llamada operación Omega, que llevó adelante la Policía de Rivera, un departamento del norte de Uruguay, en el límite con Brasil.

Esa operación permitió desbaratar una organización que estaba dedicada a traficar armas desde Argentina hacia Brasil, y que pasaba por Uruguay. Y, a su vez, la banda tiene otro vínculo que fue el que permitió conocer a Rodrigo Fontana, el socio del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, quien también fue asesinado por un sicario, como quedó registrado en un video.

Marset es uno de los hombres más buscados de la región. La última vez que se tuvieron pistas sobre su paradero fue cuando se lo encontró en Santa Cruz de la Sierra, viviendo en una mansión repleta de armas y animales exóticos, y escondido en su faceta de jugador de fútbol.

El narcotraficante jugaba al fútbol con otro nombre en un cuadro de la segunda división. Cuando la Policía lo fue a detener, el delincuente ya no estaba. Marset logró escapar.

Marset está acusado en Paraguay de liderar una organización que se dedica a enviar cocaína a Europa.

Rodrigo Fontana era uno de los presuntos socios del narcofugitivo. Era un traficante de armas y municiones, tanto en Rivera como en Santana do Livramento, las ciudades uruguayas y brasileñas vecinas. También traficaba en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay.

Si bien la Policía brasileña no relaciona a Fontana con ninguna organización criminal, en Uruguay se asegura que era un socio de Marset en el Primer Cárcel Uruguayo, que lidera el narcotraficante que está prófugo de la Justicia.

Fontana era considerado una pieza clave de la organización de Marset. A él se le había incautado un cargamento con 450 kilos de cocaína. Había sido detenido en marzo de 2021 en Brasil y, un año y medio después, extraditado a Uruguay. En septiembre de 2022 había sido imputado por la Justicia uruguaya por varios delitos.

Fontana era parte de las más de 40 personas que son investigadas en Uruguay por pertenecer a la organización liderada por uno de los narcotraficantes más buscados de la región. Se lo vinculaba, además, a un atentado hacia una Brigada Antidrogas en Uruguay y a las amenazas recibidas por la fiscal de Estupefacientes de 1º turno, Mónica Ferrero; ambos hechos ocurrieron en mayo de 2020. Sin embargo, la defensa del imputado aseguró que no hay elementos vinculatorios entre Fontana y los dos hechos mencionados anteriormente.

El padre de Sturn –el uruguayo asesinado en Recoleta– también está preso por un ajuste de cuentas que ocurrió a mediados de octubre en Pilar. En este caso, los investigadores encontraron a los pies de la víctima casi 700 mil dólares y, en su casa de un barrio semicerrado de la zona, varios DNI truchos y un cuarto acondicionado para el corte de cocaína a escalas superiores de las que se suele ver en ese distrito.

La víctima del ajuste narco en Pilar fue un ciudadano uruguayo de 36 años que decía llamarse Marcelo González y al que le dispararon 10 tiros desde un Jeep Renegade negro. Enseguida, los investigadores anclaron ese crimen a otro ataque ocurrido 17 días antes del homicidio de González en Pilar: el objetivo había sido otro hombre nacido en Uruguay, quien resultó ileso tras la ráfaga de 17 balazos. Era Sturn