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oy un convencido al decir que ganarle a Colombia me pone la mente en retrospectiva, remontarme al pasado 31 años y pensar en aquella histórica y mítica victoria ante Brasil 2 a 0 en la eliminatoria de 1993. Esa hazaña nos dio la esperanza a todos los bolivianos que se podía y debíamos confiar en La Selección y una campaña inolvidable.

De la mano de Xavier Azkargorta se le ganó a un “todopoderoso” equipo brasileño y Bolivia con una extraordinaria generación de jugadores, marcaba uno de los hitos más emblemáticos en la historia del país.

Hoy estamos en otro tiempo, con distinto formato de torneo y con 30 años de sopesar derrotas que nos pusieron en la realidad más cruel y una suerte adversa de casi desaparición de nuestro equipo en el plano internacional.

Vaya que se debe festejar la victoria ante Colombia. Que partido más difícil, complicado desde todo punto de vista. Sin embargo, por las connotaciones que se dieron durante el encuentro, tanto usted como yo coincidimos que la suerte estuvo de nuestro lado en todo sentido. Esperamos más de 3 décadas para tener en algún momento un partido de esta naturaleza y que el resultado sea favorable a La Selección Boliviana.

Con un hombre menos desde el minuto 20; un equipo visitante que agarró el ritmo del encuentro y manejó la intensidad del mismo y por curioso que parezca, no encontró la forma de marcar goles y hacer la diferencia futbolística con el resultado a su favor. Los datos estadísticos del partido dan cuenta que, desde la posesión del balón, pasando por el intento de anotar y las oportunidades que se le presentaron, Colombia no encontró la forma de ganar y terminó no solo perdiendo el cotejo, sino dejando también escapar el invicto en la eliminatoria y cayendo ante Bolivia después de 21 años. Los colombianos no pudieron.

Usted amigo lector coincidirá conmigo que este era el compromiso a ganar. Era el punto de inflexión que puede marcar la diferencia de aquí en adelante y confirmar que nuestra Selección en 3 partidos de la mano de Oscar Villegas se ha reinventado, surgiendo de sus cenizas, levantando vuelo y cual “ave Fénix” revive deportivamente y se mete en competencia, dentro de esta campaña de eliminatoria.

Sumar 9 puntos en 3 partidos, no es poca cosa. Hay que destacar la reacción de un equipo que, a mitad de este año, registraba su peor campaña internacional en las clasificatorias mundialistas y ni que decir en la Copa América. Villegas demuestra al mundo futbolero su gran capacidad de conocer perfectamente al elemento humano joven del fútbol nacional y recomponer futbolística y mentalmente a una “selección muerta”.

Hoy Bolivia está más viva que nunca y por mérito de un proceso rápido de recuperación mental; tan importante que también recompuso su andamiaje futbolístico y la producción deportiva que un equipo debe demostrar con resultados, más allá del escenario donde se presente y quiera defender su localía.

Por supuesto que “El Titán de Villa Ingenio” en El Alto tiene que ver con esto y también el apoyo de una afición que comenzó a creer en su Selección luego de las anteriores 2 fechas. Pienso que es el momento de nuestro equipo y la mística que empieza a despertar de manera paulatina. Hacía falta desde hace muchos años vivir un instante de tanta emoción colmo la victoria ante los colombianos y hoy podemos decir que vencimos el partido más complicado de locales. Era el juego a ganar, independientemente de lo que pueda pasar el martes próximo frente a la Argentina en Buenos Aires. Había que sumar 3 puntos en casa.

Ahora, en el análisis frío de lo estrictamente futbolístico, claro que Bolivia debe corregir errores, sobre todo sabiendo los problemas que enfrentan al jugar con selecciones muy poderosas. Todos los encuentros irán presentando complicaciones a su turno. La eliminatoria sudamericana, es el campeonato más duro y difícil donde nadie te regala nada.

El trabajo de preparación debe ser exigente al máximo y de aquí en adelante, la presión para los jugadores aumentará a niveles inimaginables y el grupo de trabajo debe estar preparado para ello. Ya de ninguna manera puede haber frases desde los medios de información que digan “No se debe presionar a los jugadores”. “No podemos poner tanta carga de presión sobre sus espaldas”; eso no hay más. Ahora, el equipo debe saber lidiar con ello y motivar su trabajo y rendimiento con esa presión, para tener una mejor producción. Eso coadyubará a lograr mejores resultados.

Pregunta obligada. ¿Qué le está faltando a la Selección Boliviana?

Pienso que necesita una mejor performance de sus delanteros. Lo de Carmelo Algarañáz y Bruno Miranda a mí entender sigue siendo pobre en relación al resto del equipo. Los delanteros deben marcar la diferencia y son los jugadores llamados a definir y anotar los goles. No me digan otra cosa, pues ello se debe notar en cada partido. No pueden ser intermitentes, el fútbol de hoy no te permite tener altibajos.

El mediocampo sigue siendo lo más importante y representativo de La Selección Boliviana. Titulares y suplentes, destacan con la dura responsabilidad de cumplir a cabalidad con su labor y hacer la diferencia en el equipo de Villegas. Robson, Cuéllar (pese a la expulsión) Ramiro Vaca atraviesan un gran momento deportivo. Demando más de Chura; Miguel Terceros es la estrella consular de La Verde.

El sistema defensivo mejora partido a partido, mucho tienen que ver las ganas y el pundonor de quienes integran la última línea del equipo. Era el punto más preocupante del juego boliviano; hoy, hacen un buen trabajo y se siguen superando. Pese a los halagos, deben seguir en subida y corregir deficiencias. Viscarra en el arco, sigue siendo la garantía para los buenos resultados. Bien por “El Billy”.

Viene Argentina el martes en Buenos Aires. Sin duda el juego más difícil; pero el conseguir un buen resultado está en la mentalidad de nuestros jugadores. El reto debe ser grande, así como la ambición de hacer historia.

¡Vamos Bolivia que se puede!

Gonzalo Gorritti Robles es periodista deportivo.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.