l ecosistema de startups en Bolivia enfrenta una serie de desafíos estructurales que contrastan con las tendencias globales del mercado de Venture Capital (VC). Mientras que en mercados como Estados Unidos y otras partes de América Latina las inversiones se están concentrando en grandes fondos y en etapas tempranas de startups, Bolivia lidia con barreras propias que dificultan el despegue de su ecosistema emprendedor. Sin embargo, estas tendencias internacionales también ofrecen lecciones y oportunidades que podrían ser aprovechadas para dinamizar el mercado local.
En el contexto global, el fenómeno conocido como "dry powder" está marcando el ritmo del sector. Se trata del capital no invertido acumulado por los fondos de VC, el cual alcanzó niveles históricos en 2023 debido a la cautela generada por las condiciones macroeconómicas y las tasas de interés elevadas. En mercados como el estadounidense, los Limited Partners (LP) han optado por destinar su capital a firmas consolidadas y a startups en etapas iniciales, con el 57% de las inversiones canalizadas a estas últimas. Esto refleja una estrategia para mitigar riesgos mientras se apuesta por oportunidades de alto crecimiento.
En Bolivia, el panorama es distinto. Según informes recientes, el país ha experimentado un volumen total de inversión en startups de aproximadamente 15 millones de dólares en los últimos cinco años. Este dato contrasta con la severa crisis de liquidez del Banco Central de Bolivia (BCB), que según fuentes oficiales cuenta con apenas 50 millones de dólares en reservas líquidas. Esta situación refleja no solo las limitaciones estructurales del mercado financiero local, sino también las profundas implicaciones macroeconómicas que afectan la confianza de los inversores.
A pesar de este crecimiento, el mercado local se enfrenta a una evidente desconexión entre emprendedores e inversionistas. La escasez de fondos de inversión nacionales y la falta de “señales” claras que atraigan capital extranjero son factores que contribuyen a esta brecha. Además, la ausencia de una cultura de inversión de riesgo madura y la predominancia de valuaciones conservadoras limitan las posibilidades de que las startups locales accedan a financiamiento competitivo.
Una de las lecciones clave que Bolivia podría extraer del mercado global es la importancia de fortalecer las etapas iniciales del ecosistema emprendedor. En mercados más desarrollados, las inversiones en pre-semilla y semilla han demostrado ser el motor del crecimiento a largo plazo, generando una base sólida para que las startups escalen. Aunque en Bolivia se han registrado algunas rondas de inversión en etapas tempranas, estas suelen depender de capitales familiares o pequeños grupos de inversores locales, lo que limita el alcance y el impacto de estas operaciones.
El "dry powder" acumulado en la región también presenta una oportunidad para Bolivia, siempre y cuando se logren crear las condiciones adecuadas para atraer ese capital. Esto incluye mejorar la infraestructura legal y financiera, fomentar la creación de fondos locales que puedan coinvertir con actores internacionales y promover un entorno regulatorio más amigable para los emprendedores. La reciente Ley Fintech es un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer para cerrar la brecha digital y facilitar el acceso a tecnologías modernas en todo el país.
Asimismo, la internacionalización de startups bolivianas podría ser clave para superar las limitaciones del mercado interno. Casos de startups que han logrado captar inversión extranjera muestran que es posible competir en mercados más grandes si se cuenta con un modelo de negocio escalable y una propuesta de valor clara. Para ello, es fundamental que los emprendedores locales adopten mejores prácticas en gobernanza, transparencia y estrategia de mercado.
En conclusión, aunque el ecosistema de VC en Bolivia enfrenta retos importantes, también cuenta con un potencial significativo para crecer y alinearse con las tendencias internacionales. La clave está en aprender de los mercados más avanzados y adaptar esas lecciones a la realidad local. La acumulación de "dry powder" y el creciente interés por las startups en etapas tempranas representan una ventana de oportunidad para que Bolivia fortalezca su ecosistema emprendedor y atraiga mayor inversión, contribuyendo así al desarrollo económico del país.
Marcelo Camacho Herrera es experto en startups y emprendimiento.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.