l margen de lo bien o mal que le pueda ir al equipo boliviano, el receso del campeonato es notoriamente perjudicial para los equipos que vienen disputando la temporada 2024. Eso se ve claramente en la baja producción que muestran aquellos clubes que ceden jugadores a La Verde.
Le pasa a Bolívar que el sábado cayó en La Paz ante Aurora mostrando un juego ineficaz, sin poder definir; con jugadores totalmente desconcentrados, faltos de creatividad, intensidad, incapaces de anotar goles en jugadas claras y dominando intrascendentemente un partido abúlico. Sin ideas, con una lentitud exasperante; haciendo del arquero rival la figura del encuentro, pues todos los remates iban a su cuerpo.
Señalo esto porque, los jugadores del cuadro celeste que formaron parte del trabajo de La Selección retornaron claramente con una sobrecarga futbolística, que afecta física y mentalmente su presencia en el equipo celeste. No debería ser así, pero lamentablemente es lo que se vio.
Lo mismo pasa en The Strongest que no pudo en Montero y cayó ante Guabirá. En realidad, hacer un receso perjudica a todos en mayor o en menor medida.
En días pasados se paralizó el torneo de la División Profesional para dar paso al trabajo de la Selección Nacional de cara a las fechas 9 y 10 de las clasificatoria a la Copa del Mundo 2026.
Por pedido del cuerpo técnico de La Selección, los jugadores convocados asistieron a la concentración con más de 10 días de anticipación, diferenciando la actividad del resto de selecciones sudamericanas, que siguen la normativa FIFA de ceder jugadores 5 días antes de los partidos.
Ahora bien, ¿esta diferencia es positiva para La Selección? Si, por supuesto, a La Verde le hace falta trabajo; empero, algunos clubes bajan totalmente su nivel de juego y el ritmo de competencia con estos recesos tan largos y al volver se tienen serios problemas para desarrollar un juego prolijo y aceptable. Punto negativo que no debe pasar desapercibido, justamente por la baja de nivel que se tiene al momento de retornar y disputar los partidos del calendario.
De un tiempo a esta parte y en el debate abierto a nivel del periodismo deportivo, La Selección debe ser hoy la prioridad en el fútbol boliviano; sin embargo, no se debe paralizar el torneo bajo ningún argumento. Los equipos que ceden jugadores, tendrán la misión de reemplazar a los mismos con jóvenes de sus canteras o equipos juveniles o dar paso a los suplentes para que estos logren encontrar un lugar como titulares. Esa continuidad le hará mucho bien al balompié boliviano y a cada club en procura de promocionar gente joven, con mucho talento y no ver perjudicada su campaña en el año deportivo.
Desde hace un tiempo, Bolívar lo viene haciendo por un tema de necesidad al tener muchos jugadores lesionados. El técnico Robatto encuentra buenos talentos, logra seguir sumando puntos y confirmando su liderato en la tabla de posiciones. Lo del sábado pasado fue muy sui generis al mostrar un andamiaje cansino en un partido que finalmente terminaron perdiendo en La Paz ante Aurora después de 21 años. Falta de mentalidad competitiva en algunos jugadores, sobre todo aquellos que estuvieron en La Selección y de la toma de decisiones del técnico para no poner a otros que llegaban más descansados a este encuentro.
Hay que ver la forma cómo los entrenadores no verán afectado su trabajo, encontrando aquellos jóvenes que puedan suplir a esos que juegan por la Selección Boliviana. Difícil labor, más pienso que no les quedará otra porque en pocos días más, nuevamente se tendrá la convocatoria de Óscar Villegas obligando a los equipos verse de un momento a otro sin aquellos jugadores seleccionables.
Así como marcha la Selección Nacional y su chance intacta para pelear su clasificación las cosas no cambiarán, más la tendencia de los clubes deberá obligatoriamente variar su trabajo y afrontar los partidos con otros futbolistas y no perjudicar sus campañas en busca de un título a bien de lograr una clasificación a torneo internacional el 2025, incluyendo el incentivo económico que eso significa; muchas veces salvando su economía de un año.
Lo cierto es que esta reflexión sirva para que tanto clubes, como Federación Boliviana de Fútbol, establezcan la determinación de respetar el torneo, no paralizar innecesariamente tantos días y hacer que los equipos promuevan jugadores jóvenes por la necesidad de no perder ritmo competitivo. No se debe parar el campeonato de la División Profesional.
La Selección es prioridad, pero no significa que su campaña en la eliminatoria mundialista represente un perjuicio para los clubes que ceden sus jugadores.
Gonzalo Gorritti Robles es periodista deportivo.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.