
apá Noel no llegará a Bolivia. Los renos no tienen certificado zoosanitario, emitido por el Senasag. Resulta que no sabía que tenía que enviar una Carta de Solicitud para la internación de sus renos, incluyendo fotocopia de carnet, llenado del Formulario N° 01 de solicitud y “paguito” del valor del Formulario de Liquidación a Bs 277.
Tampoco tiene el Certificado de COMVETBOL original, ni el Certificado de vacunación contra la rabia (aplicada como mínimo 14 días antes del viaje) para sus renos. Está desesperado porque sabe que los niños lo esperan con ansias en esta Navidad.
Pero como es en Bolivia, todo tiene “solución”. Uno de sus duendes, el Licenciado Tramitador, le ha susurrado este consejito: “abrite un grupo de guasap con tus fieles creyentes, diles que te ayuden a hacer una vaquita para conseguir plata y envíales un QR para que te depositen, con esa platita vas a agilizar los trámites pues”. Papá Noel lo ha mirado confuso. Estaba dispuesto a pagar las multas y hacer las cosas como se deben, pero el duende le ha pedido que confíe en sus poderosas y mágicas gestiones de “tramitador”.
“Bien opa eres gordito, vos no más crees que haciendo trámites como se debe vas a conseguir que te dejen entrar a ti y a los renos a Bolivia”, afirmó el duende. “Y seguro no tienes SOAT para tu trineo y de la inspección técnica, ni te has debido enterar, ¿no ve?”, le preguntó con socarronería. Ni hablar de los trámites de importación de los regalos, de la eficiencia de Aduanas o que si fuera por Correos, el regalo te llega el 2029 con suerte.
Por supuesto, Papá Noel no tiene ni santa idea de la tramitología “made in Bolivia”. Para él, volar, llegar a los techos de edificios y casas, dejar regalos y seguir su camino, es muy simple; en otros países lo puede hacer en cuestión de horas. Por eso no entiende por qué en Plurilandia hay tantas trabas.
Recordó que hace poco el presidente boliviano, Rodrigo Paz Pereira, dijo “que se abran todas las puertas y ventanas para que no haya más un país tranca en esto de construir una Bolivia desde el territorio, el turismo, la cohesión social, la autoestima por lo nuestro y la tolerancia con el otro que vendrá”. Pero Papá Noel, que bien conoce la idiosincrasia de esta tierra, cree que no se trata de trámites sino de mentalidad, “así nomás pues diciendo somos”. El proceso más simple lo convertimos en trámite de 7.827 pasos, porque a título de formalidad y legalidad, aparecen las oportunidades para “agilizar” procesos.
Recordó que Bolivia es el subcampeón mundial en corrupción, según el último Índice de Estado de Derecho del World Justicie Project. El país se ubica en el puesto 141 de los 142 países, solo sobre República Democrática del Congo. El subcampeón a la inversa.
Reflexionó sobre las sugerencias del duende Tramitador y decidió “meterle con todo y darle coima a cuanto funcionario se le pase por delante”, porque no puede dejar a los niños sin regalos.
Papá Noel, sabe que el 9 de diciembre es el Día Internacional contra la Corrupción, y fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2003 para generar conciencia sobre el problema global de la corrupción y promover la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción para combatirla.
Lindas palabras para hacerlas fotocopia y vender tus servicios de tramitador, afuera de cada oficina del estado.
Al final, Papá Noel ya ni se inmuta. Total, en Santa Cruz lo van a parar por “revisión rutinaria”, en La Paz algún funcionario le va a pedir “un aporte voluntario” para “agilizar el trámite”, y en Cocha seguro no obtendrá la inspección técnica, a no ser que se afilie a algún sindicato de transporte; esos reciben el permiso de forma masiva.
Todos hablan de puertas y ventanas abiertas, de construir país, de elevar la autoestima nacional, pero seamos honestos, la única ventana verdaderamente abierta es la ventanilla donde te cobran por “agilizar”. Y como la lucha contra la corrupción se celebra un solo día, pero no se practica todo el año, Papá Noel decide adaptarse: hoy regala juguetes, mañana te ayudará con tu inspección técnica sólo por whatsapp, y pasado quizá dicte un cursito exprés sobre cómo sobrevivir, sin perder la paciencia ni el sombrero, en este eterno laberinto administrativo que ni el mejor reno volador puede esquivar. ¿Navidad? Sí. ¿Milagros? Sólo para quienes ya tienen su formulario selladito.
Mónica Briançon Messinger es periodista.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad de la autora y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.
