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E

l chavismo ha desplegado toda su capacidad de represión e intimidación a 48 horas de la toma de posesión del opositor Edmundo González Urrutia o del tirano Nicolás Maduro. En un país blindado por policías y los militares, este martes fue detenido el yerno del presidente electo y horas después comenzaron a sobrevolar drones sobre la casa de la madre de María Corina Machado, que se quedó sin electricidad por los cortes de luz aplicados a esa zona.

En varias partes de Venezuela se arrestaron opositores, en un número todavía por determinar. En algunos barrios de Caracas los vecinos han protestado con cacerolazos desde sus balcones. Maduro dijo que habían sido detenidos siete extranjeros, supuestos “mercenarios”, que se suman a los 125 en poder de las autoridades chavistas en los últimos días. Nadie está a salvo en Venezuela, reportó el diario El País de Madrid.

Maduro estuvo todo este martes en televisión. Su Gobierno ha respondido a todas y cada una de las denuncias de países críticos con lo que está ocurriendo, sobre todo a Estados Unidos.

Edmundo González insiste en que estará en Caracas este viernes para juramentar al cargo de presidente. El chavismo asegura que será detenido en cuanto pise suelo venezolano, al igual que a los expresidentes latinoamericanos que anunciaron que los acompañarán.

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A un riesgo semejante se va a enfrentar María Corina Machado este jueves, cuando tiene planeado liderar un acto de protesta. Machado se dejará ver por primera vez en público después de meses de haber permanecido en un lugar secreto desde el que interactúa a través del teléfono y videollamadas. Diosdado Cabello, ministro de Interior, amenazó: “Está deseosa de que la agarren”.

Maduro se ha rodeado en esta nueva crisis política de sus más fieles y radicales, los que no tienen problema en enfrentar un juicio internacional. El propio Maduro dijo que está dispuesto a morir antes de hacerse a un lado y considera que debe seguir en el cargo “por voluntad de Dios”, como si hubiera recibido un mandato divino.

El Estado venezolano se prepara como si fuera a entrar en combate. El tirano dijo en declaraciones confusas que se ha activado un mecanismo de defensa a nivel nacional: “Procedo a firmar una propuesta del general Vladimir Padrino López (ministro de Defensa) a convocar y activar de inmediato el Órgano de Defensa Integral de Venezuela, las ODI, que es el órgano superior a nivel nacional, estadal y parroquial”.

La ola represiva provocó pánico. Los hostigados hicieron pública con fotos y vídeos en redes sociales la presión a la que están siendo sometidos. El pánico derivó en indignación: en barriadas de Caracas se registraron cacerolazos.

La Policía acudió a esos lugares para frenar la protesta. Los ciudadanos se quejaban por asuntos como la detención, a plena luz del día, de Rafael Tudares, yerno de González Urrutia. Lo bajaron de una camioneta, en la que viajaba junto a sus hijos camino del colegio, y se lo llevaron. Todavía no se sabe nada de su paradero.

Tampoco del de Carlos Correa, director de una ONG que defiende a los periodistas —Correa también tiene nacionalidad española—. Autoridades del chavismo dijo que este viernes la prensa no podrá retransmitir en vivo la toma de posesión y sus equipos electrónicos serán “chequeados”.

A última hora de este martes se conoció la detención de Enrique Márquez, un opositor moderado que siempre había abogado por una salida negociada para el chavismo, lo que le había valido las críticas de los antichavistas más radicales.

Con las condiciones actuales resulta muy improbable que González Urrutia tome posesión. Él y personas de su entorno ya hablan de que ocurrirá “más temprano que tarde”, dando a entender que el hecho de que Maduro se enfunde la banda no será el final del movimiento opositor.

El presidente electo llegó anoche a Ciudad de Panamá, donde este miércoles participará en un evento con el presidente de ese país y un número importante de líderes latinoamericanos que le apoyan, entre ellos el boliviano Jorge Tuto Quiroga, los mismos que dicen que viajarán a Caracas de ser necesario.

En cualquier caso, la oposición asegura que ejecutará algo más que un acto simbólico. Sin embargo, durante años el chavismo ha aplicado lo que se conoce como psicoterror, un ejercicio de intimidación verbal y mental sumado al real. Hay quien dice que los opositores, de tanto sufrirlo, han aprendido el truco y lo devuelven como un bumerán.

En el ambiente flota una sensación de momento definitorio. El mundo se mantiene a la expectativa de lo que va a ocurrir el viernes.