l presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, es el hazmerreír en su país porque, después de amenazar con la aplicación de altos aranceles a productos importados de Estados Unidos debido a la deportación de 160 colombianos, terminó aceptando los vuelos de repatriación ante las medidas migratorias y comerciales anunciadas por Donald Trump.
Este domingo fue un día de alta tensión en las relaciones diplomáticas y comerciales entre Colombia y Estados Unidos, ya que la jornada comenzó con una serie de decisiones y reacciones que escalonaron rápidamente hacia una crisis significativa.
Petro bloqueó la autorización para el aterrizaje de dos aviones militares de Estados Unidos, que tenían previsto traer de regreso a 160 colombianos deportados por estar en el país norteamericano de manera ilegal.
Esta decisión desencadenó medidas punitivas por parte de Estados Unidos, que incluyeron sanciones económicas y restricciones migratorias, afectando tanto a sectores comerciales como a funcionarios del gobierno colombiano.
La tensión alcanzó su punto máximo alrededor de las 23:00 (hora boliviana) cuando la Casa Blanca anunció que se había llegado a un acuerdo entre ambos países.
Según el comunicado oficial, Colombia aceptó finalmente la devolución de los 160 colombianos deportados sin restricciones.
Este acuerdo implicó que las sanciones impuestas horas antes por Estados Unidos quedarían suspendidas, ofreciendo una salida diplomática a la crisis.
En su declaración oficial, el secretario de Prensa de la Casa Blanca señaló que el Gobierno colombiano había acordado aceptar a los deportados, incluidos los vuelos en aviones militares de Estados Unidos, sin limitación ni demora.
En compensación, las sanciones económicas y las restricciones migratorias que afectaban a funcionarios colombianos se mantendrán en reserva, no aplicándose mientras se cumpla el acuerdo; sin embargo, se indicó que las sanciones de visa y las inspecciones mejoradas seguirían en efecto hasta que el primer grupo de deportados colombianos fuera regresado exitosamente.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, a través de un comunicado, aseguró que tanto el canciller Luis Gilberto Murillo como el embajador Daniel García-Peña viajarán a Washington para mantener reuniones que permitan seguir con los acuerdos.
Horas antes, Petro difundió mensajes de resistencia, asegurando que no se arrodillaría ante Estados Unidos. La postura del mandatario colombiano se centró en defender la dignidad de los colombianos y rechazar cualquier trato que considerara humillante para el país.
Este lunes, cientos de memes y videos de tiktoquers e influencers de Colombia y otros países pusieron en ridículo al presidente Petro y su intento fallido de frenar las deportaciones amenazando con equiparar el anuncio de la administración de Trump de subir los aranceles en un 25% par que el precio del petróleo, oro, café y rosas frescas aumenten de precio hasta un 50% en los próximos días.