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Asumo este desafío con plena conciencia de los retos que enfrentamos: la corrupción, la impunidad y la violencia de género, que han dejado profundas heridas en nuestra sociedad, sin embargo, mi compromiso es claro, lucharé con firmeza y determinación para erradicar estos flagelos que tanto daño han suscitado en nuestro país en este momento crucial para Bolivia”.

Esas fueron las palabras más importantes de Róger Mariaca, flamante Fiscal General del Estado, luego de jurar al cargo ante el vicepresidente y presidente nato de la Asamblea Legilativa, David Choquehuanca. Mariaca, de 36 años, tiene un mandato de seis años (2024-2030) al frente del Ministerio Público.

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Haciendo la señal de la cruz, como no se veía en mucho tiempo en los gobiernos del MAS, Mariaca asumió el cargo, comprometiendo su esfuerzo para enfrentar tres males: corrupción, impunidad y violencia de género.

Este lunes, Mariaca fue elegido por más de dos tercios de votos del pleno de la Asamblea Legislativa. Necesitaba 107 votos y en una segunda ronda de votación de senadores y diputados obtuvo 115 votos, lo que desató una polémica en las bancadas de oposición con acusaciones cruzadas de haber consumado una componenda con las dos facciones del MAS.

“El poder del Fiscal General de la nación es mantener la balanza de la justicia en perfecto equilibrio para las partes en conflicto, este poder otorgado al Fiscal General exige, hermano fiscal, de mucha sabiduría; conciencia de las necesidades de las partes y templanza a toda prueba para resistir las fuerzas atentatorias al principio de equilibrio”, dijo el Vicepresidente.

Mariaca asumió el mando del Ministerio Público, cuyo papel es la defensa de la sociedad en un momento en el que el país soporta la interrupción del tránsito entre oriente y occidente por el bloqueo de caminos que ejerce Evo Morales y sus organizaciones reunidas en el Estado Mayor del Pueblo.