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esde la Cumbre del G20 que este martes concluye en Río de Janeiro, el presidente Luis Arce informó que su administración decidió declarar pausa ambiental por 10 años en las zonas devastadas por los últimos incendios forestales y que está solicitando a los países denominados ricos reconocer el esfuerzo para mejorar el medioambiente a nivel global.

“Bolivia está entrando a un programa de reforestación muy agresivo (...) vamos a hacer una pausa de 10 años en esas zonas quemadas para reforzarlas Eso implica también recursos (…) Bolivia está haciendo muchos esfuerzos por reducir la emisión de carbono en nuestro país, pero no hemos recibido absolutamente nada”, lamentó Arce en una conferencia de prensa a medios internacionales en Río de Janeiro.

Los últimos incendios forestales en Bolivia consumieron más de 10 millones de hectáreas. Aún no existe un balance oficial sobre la cantidad de flora y fauna que fueron devastadas en cinco meses de incendios forestales que dejó apenas tres detenidos preventivos.

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Los expertos afirmaron que el desastre medioambiental supera cualquier otro que haya sucedido con anterioridad en Bolivia y que recuperar las áreas afectadas tomará décadas.

“Necesitamos recursos no solo para el programa de reforestación, sino también para atender una vida sostenible a esos indígenas que viven de los bosques, que han sido afectados por los incendios, pero que necesitan un modo de vida que sea compatible con el medio ambiente y de respeto a la madre tierra”, dijo el jefe de Estado boliviano.

Arce sostuvo que intentó convencer a los países que representan el 80% del PIB mundial sobre las necesidades que tiene el 20% que son las naciones en vías de desarrollo y precisó que las exposiciones sobre un impuesto a la riqueza forma parte de la legislación boliviana desde 2021 cuando su gobierno promulgó una ley que cobra un impuesto a las grandes fortunas.

Dijo que los discursos de los otros actores claramente minimizan la participación de un Estado y va a contramano del modelo boliviano que considera que la participación del Estado es fundamental para la generación y redistribución de la riqueza.