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ambio y cambios radicales ya estamos enfrentando y viviendo. ¿Estamos preparados? La pandemia nos encerró y nos lanzó luego a un mundo lleno de incertidumbres y riesgos. La tecnología nos invadió y nos hizo repensar la situación de humanos, teniéndonos que adoptarnos a esas maravillosas redes sociales y al aparatos celulares, tablets, computadores portátiles, etc. La conflictividad social y política en el mundo ha aumentado de forma alarmante. Bolivia es parte de ese circuito. ¿Estamos entiendo lo que nos está pasando? ¿Cómo entenderlo si quieren imponer la postverdad cuando los hechos y la verdad son otros?

Pues, las guerras Rusia-Ucrania; Israel-Hamás; las elecciones en EEUU, singulares y llenas de sorpresas; el cambio climático que nos está haciendo temblar; los enormes casos de corrupción y la impunidad de los corruptos, es la moneda común en el Estado Plurinacional; la democracia a cuyo nombre cometen fraude y asesinan a un pueblo que reclama respeto a su derecho al voto, como el que está ocurriendo en Venezuela; los revolucionarios que fueron producto del voto popular y de la democracia, son reacios a respetar la decisión soberana del pueblo en el acto electoral: Petro, Lula, López Obrador, Maduro, Evo Morales, quienes alcanzaron al cima del poder gracias al voto de la gente, no en una revuelta revolucionaria ni guerra civil.

Moisés Naim, intelectual venezolano, autor de muchos libros, entre ellos ‘La revancha de los poderosos’, explica cómo el populismo, la polarización y la posverdad —las 3P— se han convertido en las herramientas preferidas de una nueva camada de autócratas que amenazan a la democracia en el mundo. Imitan a los demócratas, pero son autócratas en sus actuaciones.

Pero ahí está el mundo en profunda transformación, proceso en que el ser humano se va adaptando y buscando respuestas. Pero desde la filosofía insistimos en la pregunta ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué están ocurriendo tantos hechos que escapan del razonamiento lógico y buscan romper o patear el tablero?

El filósofo español José Ortega y Gasset, allá por 1930, nos hacía esta reflexión: "No sabemos lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa, el hecho de no saber lo que nos pasa… Esa es siempre la sensación vital que asedia al hombre en periodos de crisis históricas2.

Si es así, probablemente no sabemos realmente qué nos está pasando en la Bolivia plurinacional que va caminando su ruta, encontrando tantos muros y contradicciones en su interior y rumbo al 2025, año del Bicentenario del nacimiento de la República y de elecciones nacionales, hoy la situación es tan confusa, polarizada y violenta que mantiene a los más de 10 millones de bolivianos en permanente tensión, quizás enfermándose de stress, deteriorándose su salud mental, que han impulsado en dividirnos en dos grandes bandos: la derecha vs. izquierda; los buenos vs. malos; los indígenas vs. karas; los karas vs. campesinos; el pobre vs. rico; los ateos vs. creyentes; los discriminados vs. discriminadores; los postergados vs. privilegiados; los oligarcas vs. pobres; los collas vs. cambas; tú vs. yo.

Así está Bolivia: polarizada hasta el tuétano, confrontada hasta la sopa, dividida hasta en la familia. Volvemos con la pregunta ¿Qué nos está pasando? Nos está pasando de todo, en proceso de reconfiguraciones, de acomodos, de pugnas duras y fuertes entre el mismo partido que nos gobierna hace más de 18 años: el MAS, en sus dos vertientes, Evo Morales y Luis Arce, que mantienen su candidatura presidencial al rojo vivo, pero poniendo a todo un país el vilo del abismo y de la violencia.

En su último libro “Qué nos está pasando” (Penguin Random House, 2024), el pensador Moisés Nai, precisa: “Lo mismo me pasa a mí. Ando siempre a la búsqueda —con cuánto éxito, deberá juzgarlo usted— de la señal leve que apenas se percibe, del detalle que lleva a lo olvidado a convertirse en lo nuevo. Y los busco porque creo que son la llave que abre el cerrojo de lo que nos está pasando.

No es poca cosa. Entender qué es lo que nos está pasando es una labor vital, el primer paso en un plan profiláctico contra la ansiedad paralizante que define a nuestra era”.

Pues ahí, deben estar los politólogos, académicos, pensadores, asesores para buscar respuestas a la pregunta ¿Qué nos está pasando?, y aportar así a salir de las tinieblas, de la confusión y de la incertidumbre, que es el signo de nuestros tiempos, tanto en Bolivia como en el resto del mundo.

Incertidumbre sobre la crisis económica, los resultados del Censo 2024, el desenlace de la pelea atroz en el MAS, los casos de corrupción y los corruptos, las elecciones judiciales, si habrá o no combustibles, el pobre desempeño de la oposición, la emergencia de tantos candidatos de la oposición, que hablan de unidad, pero con base en ellos mismos, el crecimiento del narcotráfico y su impunidad, la credibilidad en las instituciones del Estado, el sometimiento al poder de gran parte de la prensa y la lista continúa…

Hernán Cabrera Maraz es periodista y filósofo.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.