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cción Social Beni organizó el 18 de noviembre la “Primera Rueda de Negocios del Beni” continuando con la estrategia de posicionar el debate del desarrollo que genere riqueza sostenible con visión nacional y planteado desde el departamento.

Empresas del interior y del exterior estuvieron presentes sosteniendo reuniones que abrieron un abanico de posibilidades para el futuro a corto, mediano y largo plazo en los rubros ofertados. Los organizadores quedaron sorprendidos por la aceptación y compromiso de empresas que se comprometieron con su presencia, su voluntad e interés de invertir. Cuatro Embajadas, Estados Unidos, Brasil, Francia y Bélgica, abrieron aún más las puertas para presentar productos que se ofrecen desde el norte boliviano.

En esta situación de crisis económica nacional, señalaron sus organizadores, el Beni se siente esperanzado y se identifica como "soñador" al lanzarse a abrir la posibilidad de conversar entre empresarios, productores y liderazgos, presentándoles a cada uno un bagaje de posibilidades de negociar para promover el desarrollo de sus empresas.

Acción Social, Univalle, Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y el acompañamiento del CEPAD, hemos logrado hacer realidad el sueño de debatir desarrollo en un momento en el que Bolivia lo necesita.

Realicé el viaje por tierra desde Santa Cruz a Trinidad por una carretera que me pareció correspondía a los caminos después de la segunda guerra mundial, con vehículos abandonados a sus orillas en filas interminables producto en ese entonces, de la crudeza de la confrontación, y en este caso, por la ausencia de combustible para el transporte y la producción.

Dice Lavive Yáñez de AS: “Recordamos a los empresarios y siringueros de la goma, cuya inmensa y sacrificada producción, a finales del siglo XIX y principios del XX, llenó el vacío dejado por el ciclo económico de la plata y allanó el camino hacia el ciclo del estaño. Durante esa época, el 70% de los ingresos del tesoro nacional provenían de la aduana de Villa Bella. Luego, durante los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo veinte, los grandes y medianos ganaderos de las llanuras abastecieron de carne vacuna y cuero a las minas y centros urbanos más desarrollados del país. Recordamos aquellos históricos vuelos de provisión que llevaron la proteína roja que sustentaba a nuestro pueblo. Recordamos todo esto solamente para ratificar que ya sabemos cómo deben hacerse las cosas.”

La semana pasada en Tarija, el Movimiento Tarija Dialoga desarrolló “Diálogos con el Futuro” para debatir la Ruta de la Innovación y el Emprendimiento. En ese encuentro y el que se ha desarrollado en Trinidad, encuentro dos similitudes. Hay una necesidad de asumir el futuro como una condición que debe ser construida, y, segundo, la necesidad de territorializar el desarrollo fortaleciendo las autonomías departamentales de manera radical. Si estas condiciones son ciertas, es posible afirmar que el debate político puede cambiar radicalmente para bien pues las autoridades y los candidatos deberán llegar a los territorios con posiciones más informadas al mismo tiempo que se encontrarán con actores empoderados con capacidad para interpelar a los políticos por el manejo de propuestas fundamentadas desde las regiones.

Acción Social, desde el Beni, como Tarija Dialoga, están mostrando un camino a los liderazgos de la sociedad civil y la academia, para establecer un diálogo distinto con la política. Se trata de profundizar desde los territorios y con visión nacional, lo que debe servir para construir Bolivia desde el trabajo y la dignidad.

Carlos Hugo Molina es abogado e investigador.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.