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l cabildo es un derecho constitucional que tienen los pueblos para velar por su bienestar y futuro.

En Santa Cruz el Comité Cívico lideró grandes cabildos. Al final de cada encuentro masivo se aprobaron resoluciones, las cuales nunca se cumplieron.

De los cabildos, usados por el Comité Cívico, emergieron algunos liderazgos que saltaron a la arena política por la lucha del poder. Rubén Costas y Luis Fernando Camacho son los más llamativos, quienes crearon sus propias organizaciones y llegaron a ser gobernadores electos.

Un alto dirigente del Comité pro Santa Cruz anuncia que no descartan convocar a un cabildo del pueblo para exigir unidad y un solo candidato opositor al MAS.

Claro se está usando y manipulando la figura constitucional del cabildo.

Recordarles a los señores del Comité Cívico que Santa Cruz no es una sociedad uniforme, no tiene un solo discurso, no obedece a patrones. Nada señores. En años anteriores nos llamaron traidores a los que cuestionamos el autoritarismo cívico.

En Santa Cruz hay collas, cambas, chapacos, camireños, potosinos, orureños, paceños, etc. Todos con identidades y sueños propios.

En Santa Cruz hay gente que tiene sus preferencias políticas y hay que respetarlas. Todas las corrientes ideológicas están presentes en esta hermosa y valiente sociedad: izquierda, derecha, liberales, neoliberales, conservadores, trotskistas, revolucionarios, fachos, trumpistas, etc.

Pretender convocar a un cabildo para definir una candidatura de la oposición es una falta de respeto al conjunto de hombres y mujeres de este departamento que, sin duda, podrá definir a los próximos gobernantes, debido al caudal de votos que acumula.

En estos momentos, deben imponerse la cordura, el discernimiento, el respeto. Eso es democracia y pretender impulsar que el pueblo defina en un cabildo a su candidato es autoritario y una medida desesperada.

El pueblo vota en las urnas y lo hará el 17 de agosto por el candidato que quiera.

Hernán Cabrera Maraz es periodista y filósofo.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.