os incendios forestales que duran ya varios meses en Bolivia nos desnuda las deficiencias de los tres niveles del Estado (gobierno central, gobernaciones y municipios), para estos casos que se repiten todos los años.
- Las autoridades son ineficientes, negligentes y nada sensibles ante el dolor ajeno de las personas y la destrucción de la Madre Tierra y sus seres vivos. Reaccionan en base a las presiones, pero por tener un plan y por voluntad.
- Los principios de la CPE que somos un Estado que defiende y protege a la Madre Tierra queda en el archivo, porque hay leyes incendiarias y sectores poderosos que hacen arden los bosques para sus fines particulares. El Vicepresidente David Choquehuanca que hace alarde de los principios de la Pachamama en cada aparición pública, al parecer no se enteró de estos incendios, siendo cómplice.
- El discurso cívico de los cruceñistas es doble moral. Hicieron un cabildo en octubre de 2019, dando 5 días para que se deroguen las leyes incendiarias, pero ocultan lo que hace el modelo económico cruceño, que también destruya y quema.
- Los incendios forestales nos desnudan a un Estado que no está preparado para estas contingencias: sin bomberos, sin recursos económicos, sin voluntad política, sin equipos y lo que hacen es repartirse las responsabilidades entre ellos.
- La falta de previsiones y un plan integral asumiendo que cada año es el mismo problema, que no solo es de lo más nefasto como la pérdida de los bosques incendiados, la matanza de animales, la destrucción del hábitat natural; sino las consecuencias graves para la salud humana.
- Cada año atravesamos el mismo problema: agosto de fuego y humo. Los actores incendiarios no tienen planes de contingencias y como las leyes no les llegan quedan impunes, lo que les da licencia para tener al fuego de su cómplice. Y repetir la tragedia incendiaria año tras año.
- A pesar de la desesperación, del grito de la gente de cada lugar incendiado, que clama más ayuda, declaratoria de desastre departamental, el poder nacional y departamental son sordos, porque saben que esa declaratoria les exigirá destinar más recursos económicos y concentrar su atención en la lucha contra los incendios, pero claro preferirán las pugnas entre ellos y alegrarse por la goleada de Bolivia a Venezuela.
Si estos apuntes considera usted que son de alguna novela o ciencia ficción, pues solo alce la mirada al cielo y observará que desde hace varios meses no hay nubes ni estrellas, solo el humo que nos llega desde Ascensión de Guarayos, Concepción, San Ignacio, San José, que nos pintan un escenario de terror, miedo y vergüenza.
Hernán Cabrera Maraz es periodista y filósofo.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.