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tres semanas de la votación, Donald Trump ha mejorado sus números, hasta dejar las elecciones en total ambivalencia. Según el promedio de diversas encuestas electorales en Estados Unidos, Kamala Harris y su rival republicano tienen, cada uno, un 50% de opciones de ganar la presidencia, informò El Paìs de Madrid.

Las predicciones coinciden en lo general, pero ahora las podemos dividir en dos grupos. Los modelos basados en encuestas, como los de FiveThirtyEight y Nate Silver colocan a Harris un poco por delante, con un 50% o 55% de opciones. Sin embargo, Trump es el favorito en los mercados de predicción y en las apuestas.

Esta diferencia entre encuestas y mercados es interesante. Nos mantiene entretenidos a los entusiastas de los números electorales. Quién tiene razón, ¿sondeos o mercados? En los mercados se cuelan a veces apuestas que son deseos, no pronósticos. Pero en la práctica esta discusión importa poco. La diferencia es pequeña.

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Los movimientos siguen siendo mínimos. Hace tiempo que no se veía unas elecciones así de estáticas. En las encuestas nacionales, Harris sigue tres puntos por encima de Trump en intención de voto. El mismo margen que tenía hace un mes. Además, como veremos en seguida, tampoco se ha clarificado la competición por los territorios que se prometen decisivos.

La situación en los Estados clave

La elección depende en realidad del resultado en cada Estado. Para ganar en noviembre, los candidatos necesitan 270 delegados, o votos electorales, sumando los que reparte cada lugar, que van todos al candidato ganador de la circunscripción. Ahora mismo, Harris tiene 226 votos electorales probables o seguros, que son casi los mismos que Trump, que tiene 219. Los 93 restantes corresponden a los llamados Estados bisagra, o clave.

Harris sigue siendo ligeramente favorita en cuatro de los Estados clave, al menos según las encuestas y según los pronosticadores de Metaculus, que son las fuentes en la tabla anterior. La vicepresidenta está por delante en los tres Estados del cinturón del óxido —Míchigan, Wisconsin, Pensilvania—, que le valdrían para sumar los 270 votos electorales que necesita para ser presidenta. También tiene ventaja en Nevada, aunque al repartir solo seis votos electorales, ese territorio no le sirve para compensar una derrota en los otros.

Entonces, ¿por qué Harris no es más favorita? Primero, porque su ventaja en esos Estados es mínima. En Michigan y Pensilvania las encuestas solo le dan un punto de ventaja sobre Trump, que es una diferencia dentro del margen de error.

Pero hay algo más. Si las encuestas tienen a Harris delante en los Estados clave, ¿por qué los mercados y las apuestas le dan más opciones de victoria a Trump? Quizás esas predicciones están afectados por los deseos de algunos apostadores con mucho dinero. Pero también es posible que la gente que participa en esos mercados piense, con razón o sin ella, que es más probable que las encuestas subestimen a Trump que lo contrario. A menudo repiten un dato con alcance limitado —una estadística con una muestra de dos observaciones— pero que es cierto: los sondeos subestimaron a Trump en 2016 y también en 2020.